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La historia de Kyriaki Petrou

La historia de Kyriaki Petrou

Me llamo Kyriaki, vengo de Chipre y llegué a Florencia en el año 2015, con el fin de estudiar danza en la Accademia Europea di Firenze. Si tuviera que recordar uno de los momentos fundamentales de mi tiempo de formación aquí en Italia, no podría dejar de pensar en la noche que marcó el final de mis estudios, un verdadero evento: “L’AEF Evening of the Arts: Dance, Opera and Fashion”, en el Teatro de La Compagnia. Allí bailé y presenté mis coreografías. Helen Felton, una compañera de la EKU, que vino a la AEF a estudiar el curso de “Fashion”, diseñó los vestuarios.

Mi última presentación en esta Escuela me dió la oportunidad de hacer un balance, de mirar hacia atrás y descubrir cuánto camino había recorrido realmente. Tres años y medio atrás, cuando llegué a Firenze, estaba emocionada por esta increíble oportunidad. Una sensación de felicidad, cierto, pero mezclada con la preocupación de un nuevo incio, unido a la incertidumbre de no saber hacia dónde me habría llevado este camino.

Encontrarme en el Teatro de La Compagnia, en esa noche mágica dedicada a nosotros los estudiantes me llenó de felicidad. Felicidad y orgullo. Porque sentí que lo había logrado. Sentí que había concluído un proceso gratificante, que me hizo más fuerte, más madura y, la cosa más importante, un proceso que me dió la seguridad que necesito para enfrentar el futuro. No estaría así de segura para enfrentar los siguientes pasos de mi vida profesional si no hubiera estado rodeada de las personas que me prepararon y ayudaron. Un staff de profesionales que se dedicaron a mi y que creyeron en mi, desde el punto de vista personal y artístico, dándome todas las herramientas posibles para vivir todas las experiencias que necesitaba transitar en este viaje de 3 años y medio. He aprendido muchísimo de ellos, como baliarina y como mujer. Llevaré esto conmigo, siempre.

Esa noche fue especial también porque toda mi familia estaba allí conmigo, viéndome bailar por primera vez desde que dejé mi ciudad, y pudieron ver también mi primer ballet como coreógrafa. Antes de llegar aquí, mi querido abuelo me prometió que vendría a verme en Italia al finalizar mis estudios, y así festejar el diploma. Lamentablemente mi abuelo nos dejó un mes después de mi partida, pero sé que estuvo conmigo todos estos años transcurridos en la AEF. Sé que de alguna manera estuvo cercano a mi, incluso en mi última presentación de la Escuela. Estoy segura que me vió bailar y que está orgulloso de mi gran logro.