Enamorarse de Florencia es muy fácil: basta caminar a lo largo de la rivera del Arno, perderse en las calles del centro de la ciudad y dejarse inspirar por los trabajos extraordinarios de arte que habitan en cada esquina de la ciudad. Esta belleza centenaria ha inspirado mentes brillantes y artistas refinados, pero pocos cuentan las historas de las mujeres que lograron destacarse en esta ciudad de increíble majestuosidad que todos amamos.
Amargo o dulce, en pequeña taza de vidrio o en taza grande, con leche o frio. Como lo prefieran, no hay duda: ¡El café para los Italianos es un verdadero culto! Desde que suena el despertador en las mañanas hasta el digestivo luego de la cena, cada momento del día se puede acompañar con un buen café. El secreto? Su aroma intenso y el perfume envolvente que emana de cada taza. Sin embargo, la que tiene la fama de ser una costumbre 100% italiana, en realidad, tiene orígenes muy lejanos. ¡Averiguemos juntos!
Vivir en Florencia significa sumergirse a diario en el esplendor. Desde las fachadas de las iglesias hasta los callejones cargados de historia, desde la poesía de “I Lungarni” hasta los rincones más escondidos, ésta ciudad es un verdadero museo al aire libre. Y lo mejor es que es totalmente accessible a pie!
Entre las excelencias toscanas conocidas en todo el mundo, un lugar especial es ocupado, sin duda, por el vino. La zona del Chianti es de hecho célebre por sus uvas, que regalan un producto único, de color rubí vivaz y de aroma inconfundible.
"Dime lo que comes y te diré quién eres", proclama el famoso dicho de Jean Anthelme Brillat-Savarin. Italia es uno de los países simbólicos de esta filosofía y conocer la comida italiana, con su historia, su variedad y su autenticidad, significa conocer la cultura y la identidad de toda una nación. Los platos típicos, con sus variaciones regionales más o menos famosas, se han transmitido durante siglos y cuentan, a través de sus ingredientes, historias de dominaciones e influencias culturales, políticas y sociales.